Capítulo 46: Aterrizando en el frío lodo.
Jorge
y compañía alquilaron aquella tarde una avioneta hacía Isla Artificial y la
siguiente medalla de Jorge. Les acompañó Roberto pero no por los mismos
motivos.
-¿Entonces
ya tienes la medalla de Isla Artificial?- dijo sorprendido Jorge durante el
vuelo.
-Sí,
mira como brilla- Roberto casi puso la medalla en los ojos a Jorge- Ahora ya
solo me falta una.
-¿Y
porque vas a Isla Artificial otra vez?
-Este
vuelo llega hasta Isla Liga donde podré ganar mi octava y última medalla del
archipiélago.
Jorge
se mordió el labio con rabia, no le
gustaba que Roberto tuviera una medalla más que él.
De
pronto, la avioneta sufrió un golpe inesperado. Nuestros amigos se agarraron al
asiento ante el zarandeo que sufrieron. El piloto les indicó que un hombre con
pintas raras montado en una maquina voladora les había envestido. Cuando
miraron por las ventanillas pudieron ver que se trataba del ladrón Santi.
-¿Pero
en que está subido este?- se preguntó Carla escudriñando la amorfa máquina.
Un
nuevo choque produjo que comenzara a salir humo por uno de los motores. La
alarma desde el panel de mandos comenzó a sonar.
-¡Nos
matamos!- gritó Carla casi llorando.
La
avioneta hizo varios giros desviando de su rumbo. El piloto consiguió enderezar
la nave y hacer un aterrizaje forzoso en una isla próxima.
Nuestros
amigos se agarraron fuertemente a los asientos para no terminar en el suelo.
Jorge abrazó fuertemente a Hipo.
El
fangoso terreno hizo de colchón a la avioneta que comenzó a derrapar por el
barro varios metros sin control. Por las ventanillas solo se veía como volaba
el fango. A oídos de nuestros amigos solo llegaba caos; el metal rozado por el
barro, rocas y vegetación. La nave se balanceaba y el piloto se afanaba en
sujetar con todas sus fuerzas los mandos.
Después
de unos minutos de aterrizaje, los cuales parecieron horas para nuestros
amigos, la nave se detuvo topándose de lleno con unas gigantescas piedras de
roca rojiza.
-¿Estáis
bien chicos?- preguntó el piloto a nuestros amigos.
-Menudo
viajecito…- apuntó Jorge poniéndose en pie.
-Creo
que me he mareado…- Raúl se tapó la boca con una mano y se tocó la tripa con la
otra.
-¿Y
dónde estamos?- señaló Hipo mirando por la sucia ventanilla.
-En
Isla Triangular- indicó el piloto mientras abría la puerta de la avioneta con
cierta dificultad- El único pueblo que hay aquí es Pueblo Ciénaga. Iré a pedir
ayuda. Seguro que allí hay alguien que os pueda llevar a Isla Artificial.
Vosotros quedaros aquí.
El
piloto, que ya había volado con nuestros amigos en alguna otra ocasión, tomó un
húmedo camino hacia Pueblo Ciénaga.
-¿Y
mientras nosotros que hacemos, queridos?- Carla se miró los pies- ¡El barro nos
llega hasta los tobillos!
-Lo
más extraño fue lo que nos golpeó…- Hipo tomó una postura pensativa, con la
mano en la barbilla- ¿Por qué el macarra no sufrió daños?
-Quizá
haya terminado en alguna otra isla. Como nosotros.
-¿Pero
qué demonios es esa cosa viscosa que se mueve por allí?- Carla señaló a un ser
de color violeta que se movía como una babosa.
-Es
un Muk. Les encanta vivir en parajes húmedos y llenos de fango como este-
explicó Hipo.
-Así
que esto es un Muk. Veamos que cuenta la Pokédex- Jorge abrió su mochila y sacó
la Pokédex.
![]() |
Muk salvaje |
-<<Muk
pokémon de tipo Veneno y evolución de Grimer. Muk puede vivir en aguas
extremadamente contaminadas. En ellas suelen vivir en grupos no muy numerosos>>
-Me
parece que se ha enfadado, queridos. No le ha debido gustar lo que ha dicho la
Pokédex.
-Lo
que ocurre es que no les gusta que se metan en su territorio- explicó Hipo
recurriendo una vez más a sus conocimientos.
El
Muk salvaje utilizó Bomba Lodo para ahuyentar a nuestros amigos.
-¡Cuidado!-
Jorge y compañía esquivaron las explosivas esferas de lodo.
-¡Que
poder!- Roberto era el único que se entusiasmó con aquel pokémon de tipo
Veneno.
-¿Pero
qué dice este? Lo mejor que podemos hacer
es meternos en la avioneta hasta que vuelva el piloto.
-¡Eso
es una mala idea Carla!- respondió Robero rebosante de ganas de combatir con
Muk.
-Estás
loco querido…
-¡Vamos
Corphish! ¡Rayo Burbuja!
El
ataque fue poco efectivo frente al cuerpo viscoso de Muk. Éste utilizó como
contraataque Puño Sombra. Los jóvenes se quedaron boquiabiertos al ver como
desarrollaba el ataque.
-¿Puño
Sombra? ¿Pero Muk no era de tipo Veneno?- Carla, al igual que el resto, estaba
confundida ante aquel ataque Fantasma.
-¡Ya
lo tengo! Se debe a sus Movimientos Huevo- Hipo fue quien despejó la duda sobre
el Puño Sombra de Muk.
-¿Movimientos
Huevo? ¿Eso qué es?
-Son
ataques que se trasmiten de padres a hijos. Seguramente este Muk nacería
sabiendo usar este ataque porque su madre lo conocía.
-Pues
eso hace que quiera aún más capturarlo- señaló Roberto retomando el combate-
¡Martillazo Corphish!
-¡Muk
se ha desvanecido con Armadura Ácida!
-Cuidado
Roberto. Ahora que se ha fusionado con el lodo puede aparecer por cualquier
lugar.
-¡Corphish
Fortaleza!
El
pokémon de Agua de Roberto reforzó su defensa y gracias a eso pudo soportar
otro Puño Sombra de Muk.
-¡Corphish
Rayo Burbujas apuntando a su cara!
-Pero
si eso no tiene cara, querido…
-Parece
que ha funcionado- apuntó Jorge incrédulo- Muk se ha desorientado un poco.
-Aprovechemos
Corphish. ¡Martillazo, rápido!
Corphish
golpeó con su pinza a máxima potencia a Muk.
Justo
en ese instante, algo pasó muy cerca de sus cabezas, llegándoles a mover todo
el pelo.
-¡Es
otra vez el macarra montado en esa cosa!- gritó Hipo quitándose el pelo de la
cara.
-¡¡Mi
nombre es Santi!! Reconozco que me ha costado mucho hecharos abajo. En esta
isla remota me será más fácil robaros vuestros pokémon.
-¡Que
te lo has creído!
-Que
inoportuno eres…- señaló Roberto viendo como Muk contraatacaba con Bomba Lodo.
Corphish se encontraba debilitado.
-Yo
te cubro- apuntó Jorge ayudando a su rival- ¡Adelante Tropius!- Jorge subió al
lomo de su pokémon volador y ordenó un Rayo Solar para alejar a Santi.
-Gracias
Jorge. Vuelve Corphish. Adelante Metagross. ¡Puño Meteoro!
-¡Muk
lo ha repelido con Puño Sombra!- Hipo también se había sorprendido mucho con
aquel Muk, aun sin ser de tipo Electrico- ¡Es fortísimo!
-¡Metagross
Psíquico!
La
debilidad de Muk, los ataques Psíquicos, había dejado al pokémon salvaje
bastante débil de energías.
-¡Adelante
ball!
La
luz indicadora se apagó. Roberto había capturado a Muk.
-¡Lo
conseguí! ¡Muk es todo mío!
Jorge
y Tropius volaron cerca de ellos- Pues entonces es el momento ¡de que me
ayudes!
Santi
había sacado a su Houndour y a su Sableye, que lanzaban Lanzallamas y rayos de
Tinieblas respectivamente.
-¡Adelante
Muk!
-Querido,
este pokémon me revuelve el estómago…
-¿Qué
pretendes con esa babosa morada?- Santi se sentía superior acompañado de su
máquina y sus pokémon.
-¡Muk
Bomba Lodo!
El
corrosivo y explosivo ataque dañó la maquina voladora a pedales de Santi, que
acabó estrellándose contra el suelo.
-¡No
puede ser!- vociferó Santi apartando los hierros retorcidos y quitándose el
barro de la cara- ¡Vamos! ¡Sableye Tinieblas! ¡Houndour Lanzallamas!
-¡Muk
Armadura Ácida y Puño Sombra!
El
recién capturado pokémon de Roberto se sentía muy bien junto al espíritu
competitivo de este. Obedeció a su nuevo entrenador y se disipó entre el lodo,
apareciendo junto a los pokémon de Santi y dándoles un fuerte puñetazo cargado
de oscuridad.
-¡Sableye!
¡Houndour! ¡¡Levantad!!- los dos pokémon estaba agotados debido al desastroso
aterrizaje y al fortísimo golpe producido por Muk- ¡Siempre me pasa lo mismo!-
Santi huyó a pie antes de que reciebiera algún golpe él tambien.
-¡Bravo
Muk! ¡Lo has hecho de lujo!
El
piloto regresó en es preciso momento.
-Chicos,
buenas noticias. Hay un marinero que os ofrece su barco para llevaros a Isla
Artificial. Yo me quedaré aquí. Llamaré a un amigo mecanico a ver si esto tiene
solución.
-Muchas
gracias- dijeron al unísono los cuatro jóvenes.
-Veo
que habéis estado entretenidos. Los Muk de esta isla son muy poderosos porque
pelean entre ellos por el territorio.
-Y
además son muy cariñosos…- señaló Carla cuando Muk abrazó a su entrenador.
Todos
dieron un paso hacia atrás por si les alcanzaba a ellos la sustancia de Muk.
No hay comentarios:
Publicar un comentario