miércoles, 9 de marzo de 2011

HISTORIA 1.0, Capítulo 42

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Capítulo 42: Últimos preparativos y primeros nervios.


Después de dos días de navegación a bordo del Ferry Victoria, Jorge pisó por fin la Isla de la Liga Pokémon.
-Me tiemblan las piernas.
-Tranquilo querido. Lo harás bien.
-Debes relajarte para que tus pokémon no se pongan nervioso. Si te ven con dudas, ellos dudarán.
-Raúl tiene razón- apoyó Hipotenusa queriendo animarle también- Tú relájate y hazlo tan bien como lo has venido haciendo.
Ya desde el puerto de la isla observaron el imponente edificio de la Liga. Sus gigantescos ventanales y su pulida fachada de acero reflejaban la luz del Sol. En torno al edificio toda una ciudad.
-Yo pensaba que en esta isla solo se encontraba la Liga.
-También hay una pequeña ciudad, Jorge. Se llama Ciudad Retorno. No es muy grande pero suministra todo lo necesario a los entrenadores. Y tú deberías realizar algunas compras.
-¡¡Sí!!- Carla le pareció una buenísima idea.
-Yo me refería a la compra de objetos y bayas de entrenador- Carla se desilusionó después de que Hipotenusa matizara lo dicho.
En el centro de la ciudad se erguía el edificio de la Liga y en la zona oeste de la isla se hallaba un famoso mercado.
-Si no encuentras algo en este mercado es que no existe.
-He oído hablar de él- pensó Raúl en voz alta- Es como una Tienda Pokémon gigante pero al aire libre. La diferencia es que posee muchísimas más cosas que una tienda.
Hipotenusa sacó una lista de cosas. Al desenrollarla le llegó hasta la altura de las rodillas. Al verla, sus amigos abrieron los ojos de par en par y la siguieron con la vista.
-¿Necesito todo eso para mis combates en la Liga?
-¡Por supuesto!- Hipo respondió muy convencida- Recuerda que fui líder de gimnasio. Sé lo más importante de la Liga. Como por ejemplo, que debes comprar una Flauta Roja.
-¿Una Flauta Roja? ¿Qué es eso?
-El sonido de esta flauta de cristal rojo desenamora a un pokémon. Norma es famosa por sus ataques de tipo Normal, como por ejemplo Atracción. Todos tus pokémon son machos y los suyos todos hembras.
-Eso es si me clasifico en las eliminatorias.
-¡Los vencerás a todos! Ahora vayamos a buscar las cosas.
-Que haría yo sin ti Hipo.
Después de recorrerse todo el mercado, encontraron por fin un puesto de flautas de cristal.
-Hola, este es el puesto de las flautas. Venimos directamente desde Hoenn. Fabricamos flautas con la ceniza del Monte Cenizo.
-Hola, estamos buscando una Flauta Roja.
-¡Vaya! Me temo que la última se la ha llevado aquel chico. Ha comprado una flauta de cada color.
-¿Es quien creo que es?
-Pues me parece que sí Jorge.
Se acercaron al chico en cuestión, de su misma edad y con ropa de sport.
-Hola Juan.
-¡Hipo y Jorge! ¡Qué sorpresa!
-Cuanto tiempo. ¿Cómo estás?
-Yo perfecto. ¿Y vosotros?
-Bien. Te presento a nuestros amigos Raúl y Carla.
-Encantado.
-¿Ya has conseguido todas las medallas?
-Sí.
-Entonces, ¿vas a la Liga?
-Se podría decir que sí.
-¡Libremos un combate!
-Lo lamento Jorge. Mis pokémon… están muy cansados. Llevamos toda la mañana entrenando.
-Pero si el ferry acaba de llegar.
-Yo vine en otro barco. Bueno, me alegro de haberos visto- Juan se mezcló entre la gente a paso veloz.
-No os enfadéis, queridos, pero vuestro amigo es un poco raro.
-Con Juan realicé mi último combate completo como líder de Ciudad Brillante. Era la tercera vez que lo intentaba y no le pude dar la medalla. Es muy perseverante y muy hiperactivo.
-¿Cómo Jorge?
-¡Eh! Yo no soy hiperactivo. Yo me considero aprovechador de tiempo.
-Vaya forma más rara de decir que eres hiperactivo, querido.
Las caras conocidas no cesaron ya que andando por el mercado se toparon con Iván.
-Ya me extrañaba que no estuvierais aquí. ¿Habeis venido en el Ferry Victoria?
-Sí, ¿tú también?
-¡Claro! Pero como es tan grande no hemos coincido.
-¿Estás comprando cosas? Hipo me ha insistido para que yo también lo haga.
-Algunas que otras sí, nunca vienen mal.
Nuestros amigos decidieron ocupar una de las pistas de entrenamiento para un último combate antes de la Liga Caroshm. Iván prefirió hacer de árbitro y ver como combatían Jorge e Hipotenusa.
-Yo te ayudaré. Quizás podamos acabar aquel combate del gimnasio Brillantes que dejemos a medias.
-Te demostraré que la medalla que me diste me la merezco.
-Bueno, bueno, eso lo veremos. Vamos Jolteon.
-Adelante Vigoroth. Ataca con Puño Certero.
-¡Jolteon esquívalo y Rayo!
-Vigoroth es muy fuerte. Ha soportado sin problemas ese Rayo.
-Han trabajado duro, querido.
-Vigoroth Finta.
Jolteon no pudo evitar este ataque y derrapó por la pista dolorido.
-Vigoroth no necesita entrenamiento. Provemos con otros. Vuelve Jolteon, gracias. Adelante Lunatone.
-Cómo me gusta tu forma de no aceptar que te he debilitado un pokémon. Vuelve Vigoroth, descansa. Vamos Pidgeot.
-Grave error ¡Lunatone Lanzarrocas!
-¿Quién te dice que no lo he hecho aposta? ¡Pidgeot esquivalas!
-Pidgeot también ha conseguido mejorar notoriamente sus habilidades y técnicas- asintió Raúl al margen.
-¡Pidgeot Golpe Aéreo!
Lunatone rodó por la pista a causa del ataque estelado de Pidgeot.
Hipotenusa tuvo un desafio para Jorge- ¿Qué te parece un combate entre tu Spheal y mi Electrike?
-¿Cómo dices, querida? El Spheal de Jorge lo pasaría muy mal.
-Es verdad. El tipo agua es realmente débil frente a ataques eléctricos.
-Acepto.
-Todos locos- dijeron al mismo tiempo Raúl, Carla e Iván.
Jorge y Spheal estaban en su posición frente a Hipotenusa y su Electrike. Los dos estaban dispuestos a vencer a los otros aunque aqul fuera un combate amistoso.
-¡Podeis comenzar!- señaló Iván que seguía de juez de línea.
-¡Electrike Chispa!
-La técnica de girar por la pista la han mejorado mucho. ¿A que sí querido? Ahora es más eficaz.
-¡Electrike Rayo!
-¡Spheal Rayo Hielo!
Todos se cubrieron ante el levantamiento de polvo producido por el choque de los dos rayos.
-¡Electrike Chispa!- el pokémon de Hipotenusa se dirigió hacia Spheal envuelto en electricidad. Sin embargo, Spheal lo soportó.
-¡Genial Spheal! ¡Usa Rayo Hielo!
-¡Electrike Ataque Rápido!- como si de un caballo se tratara, Electrike saltó el Rayo Hielo y ataerrizó sobre Spheal. Éste se encontraba casi sin energías.
-No te rindas Spheal. ¡Pistola Agua!
-¿Qué pretendes remojando a Electrike, querido?
-Electrike Rayo- pero al estar mojado todo su pelaje, de donde obtiene su electricidad, el Rayo perdió potencia y direccionalidad. Ni siquiera se acercó a la foca.
-¡Spheal Bola Hielo!
-¡Electrike Ataque Rápido!
-Ambos pokémon han salido heridos de ese choque. El polvo de hielo ha llegado casi hasta aquí.
-¿Pero qué es eso, querido? ¿Acaso están evolucionando los dos a la vez?
Sealeo de Jorge
Raúl no se equivocaba. Spheal y Electrike fueron rodeados por una celestial luz blanca. Los dos pokémon habían evolucionado a Sealeo y Manectric, respectivamente. Jorge e Hipotenusa se quedaron de piedra. 
-<<Sealeo pokémon de tipo Hielo-Agua y evolución de Spheal. Viven en glaciares y lugares sumamente fríos. Puede ser agresivo si se entra a su territorio sin permiso, pero generalmente es muy amable y feliz. A Sealeo le encanta aplaudir, rodar y hacer las mismas cosas que cuando era Spheal>>
-<<Manectric Pokémon de tipo Electrico y evolución de Electrike. Manectric acumula en las melenas la electricidad estática que hay en el ambiente, y la descarga a través de ellas en grandes dosis. Debido a las chispas que suelta, él es responsable de algunos incendios que se producen en los bosques>>
Manectric de Hipotenusa
-¡Tú serás mi as en la Liga!- Jorge intentó a abrazar a su pokémon foca, que había aumentado considerablemente su tamaño.
-Me alegro mucho Manectric. Estoy muy orgullosa de ti- Hipotenusa acarició la cabeza al perro eléctrico.
-Gracias a este entrenamiento habéis salido ganando los dos- señaló Iván acercándose a ellos dentro d ela pista.
-Pero el combate no ha terminado- apuntó Jorge volviendo a su marca.
-¡Eso! ¡Manectric intentemos un Trueno!
-¡Sealeo tú frénalo con Ventisca!
Iván corrió al borde la pista antes de que el potentísimo rayo y el vendaval de frío le alcanzaran. Las fuerzas estaban muy igualadas.
-¿Se han dado cuenta que es hora de cenar?- señaló Raúl con la comida ya preparada.
-No te preocupes, querido. Sus estómagos se lo recordarán pronto.

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